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Cansancio post-viaje: ¿lo has experimentado?

Actualizado: 29 mar 2021

¿Alguna vez has sentido que después de vacaciones estás aún más cansado que cuando comenzaste el viaje? Si te sentís identificado con esto, entonces seguí leyendo porque justo hoy te quiero hablar sobre este cansancio post-viaje que algunos hemos experimentado. Realmente no importa si el viaje ha sido largo o corto esto puede sucedernos en algún momento.



Tal vez te parezca un tema un poco distinto al resto de mis artículos pero sentí que debía hablar al respecto. Si me seguís en Instagram te habrás dado cuenta que hace poco estuve viajando por España y Portugal por aproximadamente 15 días. Justo después de este viaje me di cuenta de ciertas cosas que pude haber hecho distinto para evitar este cansancio. También ciertas otras que ayudaron a que el cansancio no fuera peor. Acá te dejo cinco puntos para considerar cuando viajes:


1- Tomate el tiempo


Si sentís que querés pasar más rato en ese café, hacelo. Si querés escuchar el sonido del mar hasta que caiga la noche, hacelo. Si conociste a alguien y querés pasar más rato juntos para conocerse mejor, hacelo. De igual manera si querés pasar algo por alto, o si querés simplemente recorrer una parte de esa ciudad en 10 minutos, hacelo. El viaje lo decidís vos, incluso si viajás en grupo, tómense el tiempo de conocerse mejor, de viajar más en el otro.



Tomate el tiempo que necesités, el viaje no es solo conocer una ciudad, tomarte la foto con su iglesia más famosa o con su monumento.Tomate el tiempo que necesités para impregnarte y luego dejar ir sin sentir que te hizo falta. Profundizá más en ese lugar, en ese sonido, en esa mirada. Lo más importante del viajar es tener esa libertad, de saber que no existen los horarios ni las rutinas.


2- Aprende a aceptar los imprevistos


En un viaje SIEMPRE suceden imprevistos, lo importante es poder reaccionar de una manera acertada. En este viaje aprendí que muchas veces no planear es mejor que tener todo planeado. Aprendí además que los imprevistos hay que tomarlos de manera positiva.



Durante este viaje tuve mucho estrés de mi propia parte pues sentía que las cosas se me salían de control, que tomé decisiones sin meditar y cometí “errores”. Conforme iba pasando el viaje me di cuenta que la mayoría de estos imprevistos los resolví de buena manera. Al final pude aprender algo de cada uno de ellos. Tomá esos imprevistos como parte del viaje también, abrazalos y dales otro matiz. Son estos imprevistos los que te ayudarán a crecer en el camino.


3-Seguí tus instintos


Seguí lo que te dice tu corazón por más cliché que suene. Y esto, no solo en el buen sentido sino también cuándo debés dejar ir. En este viaje me di cuenta que muchas veces cuando sentía que algo no olía bien, estaba en lo correcto. Muchas veces tratamos de callar esa voz interna. Yo te recomiendo escucharla atentamente y dejarla hablar con honestidad, que la mayoría de las veces tienen la razón.



También tomé la decisión muchas veces de decir que no, que no quería ir a cierto lugar o que prefería hacer otra cosa. En algunos casos por simple comodidad y en otros por seguridad. Saber decir no es una cosa que me ha costado mucho a lo largo de mi corta vida. Poco a poco he logrado hacerlo sin sentirme culpable, ¡y qué liberador que puede ser!



4- Hacelo a tu manera


Durante mi primer día en Lisboa quería estar sola, sentía esa necesidad de una soledad interna. No quería estar aislada del mundo pero quería estar sola. ¿ A qué me refiero? Quería estar en las áreas comunes del hostel, rodeada del barullo de la gente pero no quería hablar con nadie, no quería interactuar. Quería estar presente simplemente observando.



Me sentía extraña, como si fuera algo malo el no querer hablar en un lugar donde estás predispuesto a ser sociable. Y ese sentimiento me lo estaba generando yo misma. Fue ahí cuando me di cuenta que debo hacerlo a mí manera, que no importa cuán extraño sea, debo hacerlo como me gusta.


Ya sea que te guste viajar solo o acompañado. Conocer locales u otros viajeros. Tomar visitas guiadas o perderte en los callejones de la ciudad. Sea lo que sea que te guste, hacelo. No hay nada más gratificante que viajar a tu propia manera.


5- Escuchá tu cuerpo


Escuchar mi cuerpo significó volver temprano a dormir un sábado por la noche pues al día siguiente tenía un trayecto largo. También ha significado comprarme una ensalada en vez de pasar al restaurante de comida rápida. Y al mismo tiempo ha significado comerme ese pan que tanto se me ha antojado. Escuchar mi cuerpo nunca ha sido prohibirme, sino más bien permitirme (el descanso, el buen comer, mis antojos, etc).



Sobre todo escucha tu cuerpo con honestidad. Durante este viaje estuve gran parte de mi tiempo agotada. Además unos días antes de regresar a casa comencé a sentirme enferma. Y fue entonces que me di cuenta que mi cuerpo me estaba diciendo algo desde hace rato y es que necesitaba parar. Parar mi ritmo de viaje y volver a mi propio ritmo, despreocupado, muchas veces perezoso.




Todos estos puntos estaban de cierta manera presentes en ese cansancio post viaje. Tanto aquellos que me ayudaron a escucharme más como aquellos que los escuché hasta después de ese cansancio. Ese agotamiento que hasta repercutió en mi salud. Espero que este artículo haya resonado con vos. Sea cual sea tu estilo de viaje, escuchate siempre, tu cuerpo y mente te lo agradecerán después. Este artículo es un recordatorio para mí misma y para todos aquellos que se identificaron con él. Un recordatorio de que debemos escucharnos más, permitirnos más. Explorar es un arte y cada quien lo hace a su manera. ¡A seguir deambulando!







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